Uno de nuestros mayores logros ha sido el desarrollo de fórmulas únicas que prolongan la vida útil de la fibra Flor de Agua, un recurso natural que solo nace en Cuba. Esta fibra no solo es resistente y hermosa, sino también medicinal: descubrimos que ayuda a personas con problemas de sudoración, haciéndolas sentir más cómodas al usar bolsos o calzado elaborados con este material.

La Flor de Agua no es solo un hallazgo textil, es una muestra de que innovar es cuidar, resolver necesidades reales y aportar soluciones desde la belleza y la conciencia.

Capacitar es empoderar. Por eso desarrollamos programas de formación en oficios artesanales para jóvenes y adultos en comunidades vulnerables.
Desde el tallado en marabú hasta técnicas de diseño sostenible, ofrecemos herramientas para que cada persona descubra su potencial y genere su propio sustento.
Nuestro taller es también una escuela: un espacio donde aprender, equivocarse, crear y crecer.

Nos comprometemos especialmente con mujeres en situación de vulnerabilidad y con niños y niñas con necesidades especiales.
Trabajamos por su inclusión social y económica, ofreciéndoles formación, acompañamiento y oportunidades reales de desarrollo.
Creemos que el verdadero cambio comienza cuando las voces menos escuchadas se convierten en protagonistas.